lunes, marzo 05, 2007

algunas notas del encuentro en Monteagudo






Una hora después de lo pautado, debido a la intensa lluvia que inundó varias calles en pocos minutos, me encontré empapado con Carlos Chile, del MTL, Juan Pfeiffer (de Pfeiffer y Zurdo arqs.) y Luis Ostrecht…(sociólogo? Intermediario del instituto de la vivienda?)

Me recibiría M, secretaria del MTL, con un té caliente y medialunas para remediar un poco el frío.

La sala de reuniones estaba decorada con cuadros de Artigas y del Che, entre otros. Al fondo posaban la bandera argentina, y la del MTL: roja y negra, con letras con bordes dorados

Poco a poco se animará la conversación principalmente entre Juan y Carlos. Luis hará acotaciones esporádicas, o hablará solo cuando se lo pidan.

La charla comenzará con una protesta de Carlos.

“Las privatizadas se negaban a darlos los servicios. Tuvimos que tomarles las oficinas a Edesur para que se dignen a darnos luz”

Carlos describe la lucha por el diseño: Las clases populares también tienen derecho a la belleza. No hay arquitectos para pobres y arquitectos para ricos.

Luis explicará el concepto de la “Ley de Autogestión”, reglamentada hace 5 años como consecuencia del 19/ 20, a través de la cual organizaciones sociales pueden administrar recursos estatales.

Carlos describe a la experiencia Monteagudo como la construcción de voluntades en un escenario pre-establecido donde cada uno de los actores hizo su apuesta. Algunos apostaron “discurso”, otros dinero, y otros…?

La experiencia Monteagudo plantea una nueva relación entre el Estado y la Sociedad Civil. La figura del subsidio (como generadora de reservorios de pobres) dejaría su lugar al derecho a administrar colectivamente recursos estatales.

Carlos señala como uno de las barreras que debieron superar a la desocupación estructural. “un desocupado no se transforma en albañil de un día para otro”. El costo de capacitación fue absorvido por la “empresa”.

De hecho, el beneficio de la obra pagó no solo la capacitación de los obreros sino también la compra de herramientas, la indumentaria y demás elementos que le permitieron a la constructora presentarse y ganar otras licitaciones. (en el momento tienen en curso la construcción de 1.000 unidades de vivienda divididas en tres proyectos distintos, aunque Carlos se mantiene en guardia frente al supuesto buen escenario de la construcción: “es solo un ciclo, y las condiciones que dieron lugar al 19/ 20 no han desaparecido por completo”)

Hoy en día existe una especie de ¿grupo social? en la cual la organización del tiempo y de las costumbres que propone el trabajo ha caducado completamente. Subsisten de otra manera, con otras costumbres, donde la televisión y el alcohol, entre otras cosas, parecerían ocupar un papel central.

Consultado por la igualdad laboral entre hombres y mujeres que sostiene el MTL, Carlos comenta que el modelo de hombre proveedor ya había sido puesto en crisis por el 19/ 20 (de 2001, fecha condensadora que explicaría varios cambios producidos en argentina post 2000)

La escala de la experiencia Monteagudo recuerda en parte al conjunto Los Andes, en Chacarita, de Fermín Bereterbide. Y tal como ese, está previsto la disposición de locales comerciales en la planta baja. Los mismos serían administrados por integrantes del MTL, y las ganancias que resulten serían utilizadas para pagar los servicios públicos, situación novedosa en la que se encontrarían algunos de los nuevos vecinos.

El proyecto incluyó el reciclaje de una fábrica en la esquina de Cortejarena y Monteagudo. Inclusive, su revestimiento de ladrillo a la vista, portador de “memoria urbana” según Juan Pfeiffer, fue utilizado en sectores estratégicos del conjunto. También se utilizó como recurso simbólico el techo a dos aguas, el color en las fachadas, y la plantación de árboles, como metáfora de “echar raíces” en el barrio y construir un modelo de ciudad “contrahegemónico”

Martín di peco . 5-3-7

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